lunes, 13 de mayo de 2013

POBREZA mas vulnerable al cambio climático

 Los días de tormentas no puedo dormir por miedo a que la casilla caiga sobre los chicos”
Las precipitaciones y fuertes tormentas son los principales enemigos de las precarias casillas que se levantan en los predios usurpados del barrio Pirayuí y el motivo de desvelo de Norma Sosa, una de las primeras okupas del asentamiento ubicado al sur de la ciudad. La mujer y sus cinco hijos debieron reconstruir su humilde morada en varias oportunidades ante los efectos de las tormentas, aunque los fenómenos climáticos dejaron secuelas en la familia.
“Con las grandes tormentas de fin de año y algunas de este año tuvimos que reconstruir de nuevo partes de la casilla. Hay goteras y se deben reponer las chapas que vuelan o que se rompen”, señaló a El Litoral, Norma Sosa.
La familia de Norma vive en una precaria casilla construida de lonas, chapas, cartones y algunas maderas en el ingreso al asentamiento. De a poco, y con la ayuda de vecinos, fue ampliando la construcción y ahora cuenta con un pequeño lavadero, una habitación y una pequeña cocina, así como también una frágil conexión eléctrica.
“De a poco vamos levantando y construyendo nuestra casa. Ahora conseguimos más chapas para reforzar y queremos colocar piedra y escombro picado en el piso para que no nos afecte tanto el agua y el barro”, dijo Norma.
Pero las fuertes tormentas y las precipitaciones no sólo destruyeron en varias oportunidades parte de la construcción sino que también afectaron a sus habitantes. “En la tormenta de noviembre, el techo se despegó y las paredes se movían violentamente. Alcancé a poner a los chicos debajo de las camas para protegerlos y para que no les pasara nada; recé mucho y lloré por el miedo que tuve”, relató la habitante del asentamiento.
“Ahora cuando parece que está por llover o se pronostica una tormenta comienzo a desesperarme y a ponerme nerviosa; inclusive no puedo dormir por miedo a que durante las lluvias se caiga la casilla sobre los chicos. Por suerte mis hijos me hablan y me tranquilizan, pero es una situación desesperante porque no quiero que les pase nada a los chicos”, relató Norma con lágrimas en los ojos.
Tomado del litoral de ctes ar

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