TEMEN LAVA EN MÉXICO POR LA ACTIVIDAD DEL VOLCÁN

An­to­nio de Mar­ce­lo
Aña­dió que la cos­tra for­ma­da por la la­va es lo que ta­pa los duc­tos del vol­cán, por lo que es­to de­ri­va­ría en una des­truc­ción del do­mo a tra­vés de ex­plo­sio­nes que lan­za­ran gran can­ti­dad de ce­ni­za en­tre otros ma­te­ria­les.
Sin em­bar­go el fun­cio­na­rio dijo que el clima que ha im­pe­ra­do im­po­si­bi­li­ta el ha­cer un so­bre­vue­lo a fin de co­no­cer el ta­ma­ño del do­mo, lo que in­di­ca­ría el ta­ma­ño de la erup­ción en ca­so de ocu­rrir.
El di­rec­tor ge­ne­ral del Ce­na­pred, co­men­tó que por el mo­men­to la gen­te só­lo de­be es­tar aler­ta, pues no re­co­men­dó eva­cua­ción al­gu­na.
Ex­pli­có en una en­tre­vis­ta Gue­va­ra Or­tiz que en los úl­ti­mos días el mo­ni­to­reo só­lo ha in­di­ca­do un cre­ci­mien­to del do­mo de la­va y se han me­di­do las se­ña­les sís­mi­cas, que son re­por­ta­das co­mo tre­mor ar­mó­ni­co aso­cia­do.
Así en­fa­ti­zó que "even­tual­men­te es­te do­mo de la­va que se es­tá for­man­do, es una cos­tra, lo que ta­pa los con­duc­tos del vol­cán y se acu­mu­la pre­sión que va a de­ri­var en una des­truc­ción de es­te do­mo, a tra­vés de ex­plo­sio­nes".
Aun­que aña­dió que es­te pro­ce­so ya ha ocu­rri­do co­mo en el año 2000, que fue una de los más in­ten­sos y que cul­mi­nó con una ex­plo­sión el 22 de ene­ro de 2001, lue­go de que ini­ció ac­ti­vi­da­des en 1994.
Aña­dió, que por aho­ra no se tie­ne ma­yor in­for­ma­ción, por­que an­te los pro­nós­ti­cos me­teo­ro­ló­gi­cos se ha di­fi­cul­ta­do el vue­lo, da­do que la nu­bo­si­dad im­pi­de ver el crá­ter del vol­cán, por lo que es­tá pen­dien­te es­te so­bre­vue­lo
Lue­go de sos­te­ner que en cuan­to ha­ya las con­di­cio­nes me­teo­ro­ló­gi­cos se ha­rá el so­bre­vue­lo, el di­rec­tor de Ce­na­pred ex­pli­có que de­pen­dien­do del ta­ma­ño del do­mo de la­va se­rá el ta­ma­ño de la ex­plo­sión.
En es­ta en­tre­vis­ta aco­tó que la di­rec­ción en que va­ya la ce­ni­za de­pen­de del vien­to y en abril pre­do­mi­nó ha­cia Pue­bla, mien­tras que en ma­yo cam­bia y po­dría ir a caer en la ciu­dad de Mé­xi­co o ha­cia el sur en el Es­ta­do de Mo­re­los.
Se re­fi­rió al trá­fi­co aé­reo, don­de co­men­tó que con cá­ma­ras se tie­ne vi­gi­la­da la emi­sión de ce­ni­za y en ca­so de au­men­tar se avi­sa a las au­to­ri­da­des co­rres­pon­dien­tes, quie­nes ya tie­ne bien es­ta­ble­ci­dos sus pro­ce­di­mien­tos de des­vío, y de­pen­dien­do de la di­rec­ción de los vien­tos ha­ce el cam­bio de ru­tas de los avio­nes y da no­ti­fi­ca­ción a un Cen­tro Ase­sor de Aler­ta­mien­to de Ce­ni­zas Vol­cá­ni­cas, que es el VAAC de Was­hing­ton, por sus si­glas en in­glés, y ellos a tra­vés de imá­ge­nes de sa­té­li­te ha­cen un mo­ni­to­reo y de­tec­tan la tra­yec­to­ria y dis­per­sión de las nu­bes de ce­ni­za.

El di­rec­tor del Cen­tro Na­cio­nal de Pre­ven­ción de De­sas­tres (Ce­na­pred), En­ri­que Gue­va­ra Or­tiz, ase­gu­ra que no se des­car­ta una ex­plo­sión de gran mag­ni­tud en el vol­cán Po­po­ca­té­petl, to­da vez que el do­mo de la­va es­tá cre­cien­do y acu­mu­la pre­sión.

Tomado de la prensa de México