viernes, 5 de noviembre de 2010

BOTNIA cuestionan el tratamiento de efluentes

CIENTIFICOS ARGENTINOS CUESTIONARON EL TRATAMIENTO DE LOS EFLUENTES EN LA EX BOTNIA
Un informe que volvió a dividir aguas
Un trabajo de los encargados de diseñar los controles a la pastera advierte
sobre el estado de los desechos que se vuelcan al río Uruguay. Sumó un nuevo
elemento de tensión con Uruguay, que se resiste a definir un plan conjunto
de monitoreo a la planta de celulosa.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-156355-2010-11-05.html

Los científicos argentinos del comité binacional encargado de diseñar los
controles a la pastera UPM (ex Botnia) presentaron un informe crítico al
tratamiento de efluentes a partir de fotos que pudieron obtener de una
recorrida visual por la planta de celulosa. El informe aleja la posibilidad
de que la solución al conflicto pueda ser acordada entre los científicos de
ambos países y trascendió en medio de la escalada diplomática por la
resistencia uruguaya a definir el plan conjunto de monitoreo a la empresa
finlandesa.
El pasado 6 de octubre, los técnicos Juan Carlos Colombo y Guillermo Lyons
fueron invitados por sus pares uruguayos a una recorrida ocular por el
interior de UPM, en medio de los tironeos por la negociación del protocolo
que debió haber sido consensuado el martes pasado. En esa visita tomaron
fotografías del interior de la pastera, aunque no se les permitió extraer
muestras antes de que fueran definidos los parámetros de control. En ese
marco, fuentes allegadas al comité confiaron a Página/12 que se registraron
imágenes del lugar donde eran tratados los residuos químicos, cercano al
caño maestro de desembocadura en el río Uruguay. Allí, lo que llamó la
atención de los especialistas fue el "color oscuro de los efluentes" que se
mezclaban con agua que ingresaba desde el cauce del río. Las fotos del caño
donde ingresa el agua con la que diluyen el químico, y de todo el sistema de
circulación, permitieron a la delegación local elaborar un informe negativo
sobre el tratamiento de los desechos que se vuelcan al río.
El informe, que también incluye otras observaciones de "carácter grave", fue
presentado a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), hace poco
más de una semana, en protesta por la resistencia oriental de avanzar con el
plan de monitoreo. Según las mismas fuentes, este documento tomó por
sorpresa a los representantes uruguayos que se mostraron preocupados con la
forma en la que estaría trabajando UPM en la eliminación de los desechos
químicos provenientes del proceso de producción de pasta de celulosa. La
sospecha de que no se estarían cumpliendo las propias normas orientales
impuestas por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) puso en
alerta al gobierno de José Mujica.
Esta revelación surge luego de que el último martes fracasara el intento de
consensuar entre ambos países una acción común para el monitoreo de la ex
Botnia. Las enormes diferencias dentro del comité impidieron que se arribara
a un entendimiento y la tensa reunión culminó con un pedido de prórroga de
diez días, formulado por el Uruguay para posponer la fecha de presentación.
La instransigencia uruguaya registra antecedentes. Desde el 2 de septiembre,
cuando se plantearon los sesenta días para presentar dos planes, el comité
oriental se negó a aceptar el esquema sugerido por la Argentina y
discutieron todos sus puntos clave. También según los asistentes al último
encuentro, la discusión se empantanó en el tema de la instalación de los
sensores, pedidos por la Argentina para que monitoreen las 24 horas los
lugares clave de la fábrica. Los uruguayos se opusieron de plano, ya que
sostuvieron que esto fue lo acordado entre los mandatarios de ambos países.
A su vez, la propuesta uruguaya habría sido de sólo seis carillas terminadas
de apuro, y con procedimientos desechados de antemano por no cumplir con las
directrices del fallo de la Corte de La Haya.
Ayer el canciller Héctor Timerman no ocultó su molestia con la situación vía
Twitter: "Le envié al presidente Mujica el proyecto de monitoreo para que lo
evalúe. Uruguay no presentó nada en 60 días por eso pidió 10 días más",
escribió. La réplica desde el país vecino llegó de la mano de las
declaraciones del vicecanciller Roberto Conde, que negó la posibilidad de un
conflicto con Argentina, pero advirtió que las negociaciones podrían "volver
a cero" si no se ponen de acuerdo los científicos.
Según pudo saber Página/12, el encargado de sabotear la negociación desde un
comienzo fue el ingeniero Eugenio Lorenzo, ex presidente de la delegación
uruguaya en la CARU y dispuesto a discutir cada uno de los puntos sugeridos
por los argentinos. Lorenzo hizo un sugerente movimiento cuando, acuerdo
presidencial mediante, se definió la creación del comité científico
binacional. Mientras el gobierno argentino designaba al binomio de técnicos
que lo iban a integrar, en la otra orilla, una de las plazas quedó
inmediatamente reservada para Lorenzo. El cambio de rol se dio en paralelo a
la nueva conformación de la CARU que presentó Uruguay, y el lugar liberado
por el ingeniero hidráulico quedó vacante para que Luis Hierro López
asumiera dentro del órgano facultado por el dictamen de La Haya para dirimir
las cuestiones políticas del monitoreo. El nombre de Hierro López no es
nuevo en la política oriental. Fue vicepresidente del ex mandatario colorado
Jorge Batlle, quien en 2005 autorizó la construcción de la pastera a la
compañía finlandesa Botnia, meses antes de dejar el poder.
Informe: Gabriel Morini.

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