miércoles, 20 de abril de 2011

MEDIO AMBIENTE DESDE EL SUR

Dice Luis Natonio Gamiochipi en el libro de  López Portillo “ la amplitud del deterioro ecológico y sus consecuencias resultantes son tan importantes para la historia del mundo que continuando un momento la línea rastreando las actitudes actuales frente a la contaminación hasta sus remotos orígenes en la historia añadiré un dato de importancia. Una buena cantidad de estudios señalan que , cuando menos en parte, la caída del imperio romano se debió a causas ambientales, entre las cuales se citan como relevantes las siguientes: la destrucción del bosque ( dice un refrán que antes de los romanos una ardilla podía ir de Gibraltar a los Pirineos sin tocas el suelo) el agotamiento de los yacimientos de metales, el envenenamiento crónico con arsénico, mercurio y plomo, el sobre pastoreo, que ayudo a la degradación ambiental, unido a la destrucción de bosques, y la consecuencia final de ambos procesos el agotamiento de la tierra cultivable. Naturalmente la caída del Imperio es un proceso amplio, complejo, continuado, como para explicarlos en una sola causa, pero es cierto que los historiadores no han destacado suficientemente los mencionados factores en el proceso básico de la humanidad, que abrió las puertas a la edad media” podemos continuar diciendo que la llegada de Colon a América salvo a Europa de otro desastre ecológico, porque le consiguió ecosistemas de donde sacar excedentes de producción agrícola, minerales, abonos, madera, y le permitió emigrar en forma masiva para colonizar y dejar las bases de una nueva forma de explotación de ecosistemas jamás vista antes ayudada por el trasporte.

El saqueo del petróleo, no solo a América Caribeña, base insustituible por ahora, de la energía necesaria para trasportar, calefaccionar, producir industrialmente, realizar producción agrícola, defenderse, junto con la provisión de alimentos, y minerales, principalmente, de la América del sur y el Caribe que no solo pagan con el esfuerzo y degradación de sus ecosistemas naturales, sino con la deteriorada calidad de vida de su gente la fiesta imperial moderna.
Si el reparto de la fiesta fuera más justo y se vieran disminución de la desnutrición, aumento de la alfabetización, menos morbilidad por Chagas, dengue, paludismo, seguridad, disminución de las necesidades básicas, tal vez valdría la pena no protestar contra el imperialismo y los gobernantes cipayos que pululan por estos lares, pero los que dicen por la tv estamos mejor, dicen la verdad ellos están mejor. Y a decir verdad ni la gente , ni el ambiente ha dejado de ser explotado, desgraciadamente de manera insostenible.

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