domingo, 28 de agosto de 2011

IRENE DE 8 MUERTOS en EEUU

Huracán ‘Irene’deja 8 muertos
Derriba postes y árboles a su paso por Virginia y Carolina del Norte; se enfila a NY
Por Mitch Weiss y Samantha Gross / Associated Press |
NAGS HEAD, Carolina del Norte.— El huracán "Irene", debilitado pero todavía amenazador, causó ocho muertos, derribó postes de electricidad y destruyó muelles en Carolina del Norte, azotó con sus vientos distintas regiones de Virginia y recorrió parte de la costa noreste del país, más acostumbrada a las nevadas que a las tempestades tropicales.
Por lo menos 2.3 millones de habitantes recibieron la orden de trasladarse a lugares más seguros, aunque se desconocía cuántos habían acatado la orden o si podían hacerlo.
Las calles de la ciudad de Nueva York quedaron vacías, el tren subterráneo suspendió el servicio y en toda la metrópoli imperaba una tensa calma.
Ante la parálisis de actividades en buena parte de su transporte, los residentes de la zona pasaron el día observando nerviosos el paso de la tormenta por televisión, en una parte del país habitada por 65 millones de personas. 
El huracán tenía una gran amplitud, con 805 kilómetros (500 millas) de diámetro, y abarcaba desde las Carolinas hasta Cabo Cod, generando vientos de 185 kilómetros por hora (115 millas por hora) más cerca del vórtice.
Casi 900,000 viviendas y comercios se quedaron sin suministro eléctrico. Aunque era muy pronto para evaluar la amenaza real para la población, se atribuyeron a "Irene" las cinco muertes.
Entre los fallecidos había dos niños, uno de 11 años, residente en Virginia, cuya casa fue aplastada por un árbol, y otro de Carolina del Norte, quien pereció en un accidente automovilístico en una intersección donde el apagón había desactivado los semáforos.
Además, un hombre de Carolina del Norte murió al caerle la rama de un árbol, un pasajero pereció cuando un árbol se fue encima de un automóvil en Virginia, y un surfista se ahogó en Florida por las altas olas.
El huracán provocó olas de dos metros (siete pies) y los meteorólogos advirtieron del riesgo de marejadas en las costas de Virginia y Delaware, además de Jersey Shore, el puerto de Nueva York y Long Island. En el noreste, donde ha habido lluvias copiosas durante este verano boreal, el suelo está ya húmedo, lo que agravaba el riesgo de inundaciones.
"Irene" entró a tierra poco después del amanecer, cerca de Cabo Lookout, Carolina del Norte, en el extremo meridional de los Outer Banks, una barrera de tierra que sobresale hacia el Atlántico. Los hoteles y casas frente a la costa fueron azotados por las olas. Dos muelles resultaron destruidos y al menos un hospital se vio obligado a utilizar sus generadores de electricidad ante la interrupción del suministro.
"Muchos objetos están golpeando la casa", dijo Leon Reasor mientras huía de la tempestad en su vehículo, en el pueblo de Buxton. "Espero que esto no empeore, pero sé que lo hará. Odio los huracanes".
Por la noche, la tormenta se había debilitado a vientos sostenidos de 129 kph (80 mph), en vez de los 161 kph (100 mph) que llegó a alcanzar el viernes. Ello convirtió a "Irene" en un huracán de categoría uno, la más débil en la escala de cinco peldaños, con apenas mayor intensidad que una tormenta tropical.
Su vórtice se ubicaba casi en el mismo punto en que Carolina del Norte converge con Virginia y con el Atlántico. Avanzaba a unos 25 kph (16 mph), y se enfilaba otra vez hacia el océano.
Después de golpear los Outer Banks, "Irene" provocó lluvias torrenciales y vientos intensos en Virginia. Cubrió la región de Hampton Roads, donde abundan los ríos y ensenadas, lo que eleva la probabilidad de inundaciones. Luego, el huracán siguió al norte, hacia la Bahía de Cheasepeake.
Con la forma de una coma invertida, "Irene" tenía un grueso flanco septentrional que abarcaba todo Delaware, casi la totalidad de Maryland y la mitad oriental de Virginia.
Es el primer huracán en entrar a tierra en el territorio continental de Estados Unidos desde 2008, y llega casi seis años después de que "Katrina" devastó Nueva Orleáns. Los expertos conjeturan que ningún otro huracán en la historia del país ha amenazado a tantas personas simultáneamente.
El secretario de la Defensa, Leon Panetta, dijo que 6,500 efectivos de todas las ramas de las fuerzas armadas debían prepararse para asumir las tareas de ayuda, y el presidente Barack Obama visitó el centro de mando de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias en Washington, para ofrecer su solidaridad.
"Van a ser 72 horas muy largas", advirtió. "Y evidentemente muchas familias van a ser afectadas".
En Nueva York, las autoridades emprendieron la labor titánica de paralizar la ciudad. El tren subterráneo dejó de operar a partir del mediodía, la primera vez que cierra debido a un fenómeno natural. Se esperaba que transcurrieran incluso ocho horas para que todos los trenes completaran sus recorridos y fueran sacados de servicio.
Tomado de La Opinión de California

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