sábado, 17 de diciembre de 2011

NAVIDAD SUSTENTABLE

Navidad sustentable: una tendencia que crece para festejar en verde
Por Natalia Paez
Cada vez más personas piensan en sumarle hábitos ecológicos al espíritu navideño, en sintonía amigable con el planeta. Por ejemplo, apoyar al comercio justo, a los emprendimientos sociales, y hasta pensar en los envoltorios.
En la Argentina ya hay quienes ofrecen sumar el espíritu ecologista al navideño y dejar atrás viejos y remanidos hábitos de consumo que se activan cada año al llegar la noche del 24. De acuerdo con la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Navidad es la festividad que mayor volumen de ventas genera, y la que otorga más beneficios a todos los sectores. Este fenómeno se ha ido acentuando en los últimos años debido al aumento de descuentos por compras con tarjeta de crédito y promociones. La noche del 23 de diciembre del año pasado más de 4 millones y medio de personas salió a hacer las compras de último momento.
Envoltorios de regalos transformados en bollos de papel, restos de comida, restos de decoración, cadáveres de pirotecnia. Todo rellenará millones de bolsas de basura que se multiplicarán pocas horas después del brindis. Pero hay quienes expresamente buscarán hacer de las fiestas que se aproximan unos eventos que no impacten el medioambiente. Proponen alternativas para la organización: desde el lugar, la comida, los regalos –y su envoltorio– hasta consejos para que la decoración sea amable con el entorno. Todavía se trata de acciones puntuales, desperdigadas, de esas que hay que hurgar en Internet para encontrar con palabras clave como “navidad sustentable” “ecológica”. Sin embargo es una tendencia que crece en simpatizantes y adeptos.
En la estación San Fernando, del Tren de la Costa, todos los miércoles y sábados abre el mercado de productores de orgánicos y objetos sustentables: “Sabe la Tierra.” Es una organización que se propone difundir el respeto por la naturaleza y la búsqueda de una vida saludable. Su misión –dicen– es generar cambio de hábitos. Con el mercado se proponen establecer un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores. Pero también: “Consumir menos y de manera más responsable, apoyar el comercio justo, dando espacio a pequeños productores y a proyectos sociales de la zona y establecer un puente entre productores y consumidores.” Para estas fiestas proponen consumir productos orgánicos y “armar sus propios regalos”. “Elegir canastas saludables, con productos naturales, orgánicos y amigables con el medioambiente”, explican en el site .
Durante todos los sábados de diciembre, incluido el 24 y el 31 –de 10 a 14– y todos los miércoles –incluso el anterior a año nuevo–, dictan “talleres creativos para una Navidad Sustentable”. A modo de ejemplo, en el taller de cestería se harán estrellas para el arbolito y canastas navideñas. Con un bono contribución de 20 pesos y entrega de materiales. Lo dictan Susana y Alicia, mimbreras del Delta de San Fernando.
Porque también se trata de comprar a conciencia y generar trabajo para los productores locales y pueblos originarios. En esta línea la “Fundación Silataj de arte popular” y la tienda “Arte de Pueblos” se suman a la red de comercio justo para las Fiestas. La primera existe hace 25 años y tiene su tienda en Belgrano, en Vuelta de Obligado 1933. Allí se exhiben en un estante los pesebres hechos por manos wichis y kollas. En palo santo, en calabazas, en barro cocido, las figuras centrales de la navidad católica, la Sagrada Familia. Pero también se pueden comprar para obsequiar pulseras, collares, y objetos para decorar desde 20 pesos trabajados por manos de las comunidades chané, pilagá y qom del chaco salteño y formoseño. “Nos importa mejorar la calidad de vida de los productores y artesanos y promover un mayor desarrollo económico y social para los pueblos originarios de nuestro país, respetando sus culturas”, explicó Mercedes de Majo, miembro de esta fundación sin fines de lucro. Desde 2006 pertenecen a la Organización Mundial de Comercio Justo y cuentan que el proyecto que lideran nació por “pedido de un cacique” a unas mujeres que interesadas en los temas indigenistas que habían viajado hasta el norte argentino a “conocer cómo vivían los pueblos originarios”.
“En Argentina es algo relativamente nuevo. Si bien hay fundaciones y organizaciones que pertenecen hace años a las redes de comercio justo falta la pata del consumo. Que la gente se sume masivamente a las acciones de consumo responsable. Es importante que cada uno sepa cuando compra algo de dónde viene, cómo se hizo, en qué condiciones sociales”, cuenta otra representante de la fundación, Noel Ros, que bromea respecto de su nombre de pila que coincide con el de la creencia anglosajona del gordito de rojo que llega para Navidad con la bolsa llena de regalos. Ellas esperan –como otros que se pliegan a esta movida– que Santa en esta Navidad se vista de verde.

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