martes, 28 de junio de 2016

PECES Y AVES VÍCTIMAS DE CONTAMINACIÓN

 Peces y aves, animales afectados por la contaminación
ilustración elena ospina
8 millones de toneladas de desechos de plástico terminan en los océanos cada año, según cifras del 2015.
300 millones de toneladas de plástico se estima que son producidas cada año. En los océanos ya hay islotes de basura.
EN DEFINITIVA
La contaminación afecta a los animales de diferentes formas. Entre ellas está cambiar la forma de alimentarse, recurriendo a desechos humanos y dejando de lado su comida natural.
Para los peces, comer plástico puede ser tan malo —o más— como lo sería la comida chatarra para un adolescente. Esto, que suena apenas obvio, adquiere otro matiz con los resultados de un estudio reciente, donde estos animales prefirieron alimentarse de plástico en vez de su comida natural.
Con el agravante de que, a diferencia de nosotros, no hay nadie que les indique los riesgos de una dieta así.
Un grupo de investigadores suecos se dio a la tarea de analizar el impacto de las micropartículas de plástico (ver recuadro) en un grupo de percas, una especie de pez común en Europa y cuya carne se comercializa.
Los hallazgos, publicados en la edición de junio de la revista científica Science, indican que la fase joven de esta especie, la larva, prefería partículas de poliestireno (el icopor es uno de sus derivados) a su comida natural, el zooplancton.
Una mala dieta
Este cambio en la alimentación, sumado a nadar en aguas contaminadas con estas micropartículas, hizo que las percas crecieran menos, fueran más lentas, y más susceptibles a los depredadores.
El 81 % de los huevos expuestos a esta contaminación eclosionó, frente al 96 % que lo hizo en condiciones naturales.
Y esos peces de aguas contaminadas eran “más pequeños, lentos y estúpidos”, según dijo la Dra. Oona Lonnstedt, una de las autoras del estudio, a la BBC. Tanto así que, al ser expuestos a depredadores, todos fueron comidos en un período de 24 horas. De la población de aguas normales, la mitad sobrevivió pasado ese tiempo.
Tal vez lo más singular y preocupante de la investigación es que los peces jóvenes preferían el plástico a su comida natural. “Todos tenían acceso a zooplancton y decidieron solo comer plástico. Pareciera como si hubiera algo químico o físico en el plástico que disparara una señal en ellos”, declaró la autora a la BBC.
Para Jefferson Galeano, profesor de educación ambiental de la Universidad de La Sabana, la realidad es que “la cantidad de plástico que produce el ser humano es mucho mayor a la capacidad de la naturaleza para ‘digerirlo’, y las consecuencias de este desequilibrio son claras”.
Las aves, también afectadas
Otros animales cuyo comportamiento se ve ampliamente afectado por alteraciones en el medio ambiente son las aves. Los cambios en la migración de algunas especies han sido documentados, y en ciertos casos no solo se trata de factores como la contaminación.
Un estudio publicado en marzo de este año da cuenta de ello. Realizado por la Universidad de Anglia del Este, en el Reino Unido, la investigación analizó poblaciones de cigüeñas europeas que históricamente migraban a África durante el invierno para buscar comida.
Sin embargo, en tiempos recientes estas aves dejaron de realizar su recorrido completo para detenerse en Portugal o España, donde encuentran una fuente de comida más abundante y fácil: los vertederos de basura.
Inclusive, según los resultados, las aves hacen recorridos de hasta 100 kilómetros para satisfacer su “deseo” de basura.
“El estudio analizó la dependencia de las aves en la comida de los vertederos, y encontramos que la disponibilidad continua de esta comida afectó las distancias de sus viajes y los lugares donde anidan”, afirmó al portal phys.org la Dra. Aldina Franco, directora de la investigación.
De cuenta de esto, en los últimos 20 años la población de cigüeñas de Portugal se ha multiplicado por diez, aseveró la experta.
“Las aves tienen una gran habilidad para alimentarse de muchas cosas y para hallar grandes concentraciones de comida”, explicó Paulo Pulgarín, docente de biología de la Universidad CES y experto en ornitología.
El problema, contó, es que no se sabe con seguridad a qué tipo de patógenos se exponen estas aves al alimentarse de dichos lugares, que prefieren por facilidad y abundancia. Además del tipo de objetos de los que pueden llegar a alimentarse: plástico, fibras, etc. “Las aves migratorias deben terminar sus recorridos en estuarios, no en vertederos de basura, añadió. “La naturaleza tiene un ritmo propio. El ser humano debe articularse al ecosistema, no al contrario”, dijo Galeano .
UNA VICTORIA PARCIAL
Las micropartículas de plástico son pequeñas esferas de este material, menores a 5 mm de diámetro, que se encuentran en productos cosméticos y de higiene bucal, en especial aquellos diseñados para exfoliar. Luego de ser descartadas por la cañería terminan en los ríos y océanos, donde contaminan estas fuentes hídricas y afectan a las especies que las habitan. En diciembre del año pasado los legisladores de Estados Unidos decidieron prohibir la producción de cosméticos o productos de cuidado personal con estos elementos, a hacerse efectivo en el 2017. Lastimosamente, las micropartículas también se producen por la exposición de otros desechos plásticos al sol, la degradación química y el movimiento de las olas.

DANIEL BRAVO ANDRADE Comunicador social. Periodista del área de tendencias. Me interesan la ciencia, el lenguaje, la sociedad y el internet. Me gusta responder las preguntas que se hace la gente cuando se hace preguntas. TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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