lunes, 3 de julio de 2017

LOS DIMINUTOS ASESINOS que llamamos mosquitos

 Los asesinos más letales son diminutos
FOTO CORTESÍA AUTORIDAD DE TURISMO DE ARUBA
2.500 especies de mosquitos se conocen en el mundo. La mayoría viven de plantas.
6 % de las especies de mosquitos, chupan sangre humana. Solo las hembras.
EN DEFINITIVA
Es urgente frenar las muertes que ocasionan los mosquitos. Un mundo sin estos tampoco es viable, así que los esfuerzos se centran en controlar las 200 especies que se alimentan de sangre.
Incluso mucho tiempo después de que nos hayamos ido de este planeta los insectos permanecerán. Estos animales, de menos de 15 milímetros, son muchos más que los 7.300 millones de personas que habitan el planeta y su impacto en todo lo que hacemos es masivo. Según Bart Knols, entomólogo que preside el consejo asesor de la Fundación de la Malaria en Holanda, “no comeríamos si no tuviéramos insectos. La polinización de nuestros cultivos depende en gran medida de su presencia y sin ellos sería muy difícil pensar que los humanos sobrevivirían”.
En Mosquitos, la serie de Discovery Channel, que se estrena este 6 de julio y que contó con la asesoría, entre otros, del doctor Knols, se revela que “de cada dos personas que han vivido, una ha muerto como resultado de una picadura de mosquito”. Así que su impacto en términos de nuestra supervivencia como especie, es dramático.
Este diminuto animal, que con sus delgadas patas se posa en la piel para extraer sangre, en el mejor de los casos deja el rastro de su paso por nuestro cuerpo produciendo algo de escozor, pero en el peor podría transmitirnos enfermedades que llevan a la muerte.
“El mosquito, en general, es el ser más depredador del planeta, el que más mortalidad causa al transmitir gérmenes”, asegura Iván Darío Vélez, director del grupo de investigación Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet), de la Universidad de Antioquia, uno de los más fuertes en el área.
Qué los hace tan peligrosos
Son portadores de enfermedades devastadoras. La peor es la malaria, que mata a más de 600.000 personas cada año y otros 200 millones de casos incapacitan a quien la sufre por días.
Es una amenaza para la mitad de la población mundial y causa mil millones de dólares en pérdidas de productividad al año. Otras enfermedades transmitidas por mosquitos son la fiebre del dengue, la fiebre amarilla y la encefalitis.
Teniendo en cuenta su impacto se esperaría que estos diminutos bichos reciban más atención de lo que lo hacen. Los tiburones asesinan a cerca de 10 personas cada año, pero reciben mucha más prensa de la que deberían. Los mosquitos matan a 50.000 veces más personas.
Tres años con epidemias
Los mosquitos existen en todo el mundo, pero recientemente en América Latina hemos presenciado un brote de estos a pesar de los masivos esfuerzos por controlarlos.
¿Por qué? Si entre 1947 y 1962 el famoso mosquito responsable por estas enfermedades, la hembra Aedes aegypti, estuvo a punto de ser erradicado.
Según Knols, por esa época todos los países de América Latina hicieron un esfuerzo colectivo para eliminarla, pues es la responsable del dengue, el zika y el chikunguña: “Y fue extremadamente exitoso. Este minúsculo insecto fue eliminado de un área de 11 millones de kilómetros cuadrados. Casi que todo Sudamérica estuvo libre de mosquitos. Solo algunos se mantuvieron en el norte de Venezuela, Suriname y la Guyana Francesa”.
Así que si nuestros gobiernos hubiesen gastado un poco más de dinero para asegurarse de haberlos acabado completamente, tal vez los problemas que hemos visto en 2015 y 2016 en Brasil con los bebés con microcefalia, nunca hubiesen llegado al punto al que lo han hecho.
Vélez asegura que “cantaron victoria y creyeron haber terminado la amenaza. Pero esta llegó a la costa caribe, luego al Magdalena, luego a Puerto Berrío, Cali y de allí empezó a subir, de Santa Fe de Antioquia... Llegó a Medellín a 1.500 metros sobre el nivel del mar y ahora los tenemos a 2.302 metros en el municipio de Bello -la máxima altura en la que se han encontrado en el país-”.
Así que los científicos ahora notan que el mosquito ha empezado a ganar altura, en parte, según dice Vélez, debido al calentamiento global, algo no visto antes pues este requiere de unas condiciones ideales de humedad y temperatura.
Vélez incluso asegura que de descuidarnos, el mosquito y el dengue podrían llegar a Bogotá.
Aunque la historia demuestra que somos capaces de eliminar estos agentes patógenos de grandes partes de un continente. “Ahora han vuelto renovados, más inteligentes y más fuertes” replica.
Y según el experimentado investigador local, en los últimos años hemos tenido epidemias de las enfermedades que transmiten mosquitos como el Aedes.
EL COLOMBIANO reportó a finales de 2016 que hubo un alza significativa en la capital de Antioquia. Los números se multiplicaron por cinco: se pasó de 2.852, cifra con corte a octubre 22 de 2015, a 16.071 en igual periodo de este año.
En Colombia, 103.000 casos de dengue fueron registrados en 2016. ¿Qué hacer ahora? Vélez cree que el trabajo con comunidades es esencial.
Cómo combatirlos
Los científicos del grupo de investigación Pecet tienen un recorrido de 30 años trabajando para desentrañar las enfermedades transmitidas por mosquitos y se caracterizan por relacionarse con las personas directamente afectadas mucho antes de hacer una intervención en campo.
“Más que trabajo en comunidad, nosotros hacemos trabajo con las comunidades. Los vemos como agentes de cambio de sus contextos, porque entendimos que muchas de las cosas que pasan allí se pueden entender al convivir con sus habitantes. Al entender cómo se refieren a los mosquitos, o cuál es el nombre local para referirse a las enfermedades, por ejemplo, logramos hacer un puente más adecuado entre la gente que las habita y los científicos y el personal de salud”, cuenta Sandra Patiño Londoño, antropóloga del Pecet.
Antes de implementar el programa internacional Eliminar el Dengue, para referirnos al caso más reciente, los investigadores del Pecet desplegaron una estrategia fuerte de comunicación para involucrar a los habitantes de la comuna de París en Bello.
Todo esto acordado previamente con los líderes de las zonas que se planeaban intervenir.
“Salimos a las calles, informando a cada persona sobre el dengue. Llevamos perifoneo, carteles, pancartas, y después de que la gente conoció el proyecto y lo aprobó, para demostrar transparencia, de día liberamos dos mosquitos por casa con wolbachia, una bacteria que impide que el virus dengue, chikunguña y zika se transmita”, cuenta Patiño.
La idea de los científicos vino de Australia, donde crearon una colonia de mosquitos Aedes aegypti que portaban la bacteria y que, al liberarlos, podrían reproducirse con otros mosquitos salvajes, cuyas crías ya no serían capaces de transmitir agentes patógenos.
Educar y contar con la gente para abordar la limpieza de los lugares de reproducción, que pueden contener agua estancada con potenciales lugares de cría, así como reunirse con los líderes de cada comunidad para hablar de intervenciones de control biológico, por ejemplo, es una de las dinámicas que podría disminuir drásticamente el número de afectados por los mosquitos.
En el caso del Pecet, las personas se apropiaron del proyecto, para desde sus experiencias complementar la visión y apuesta de la ciencia.
Hasta ahora, dice Vélez, “16 meses más tarde, el 95 % de los mosquitos de la comuna París tienen Wolbachia y se espera proteger entre 2 y 3 millones de personas de Bello y Medellín”.
Otra de las apuestas a nivel mundial son las vacunas, principales aliados para combatir las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, concretar algunas requiere tiempo y más investigación. También exige dinero.
“Estas enfermedades se han convertido en un negocio para muchas personas y sectores. Por ejemplo, algunos de estos desincentivan el uso de los insecticidas como el DDT, que fue tan efectivo cuando casi se erradicó el mosquito Aedes, pues es muy económico y no genera grandes ganancias. Así que hacen negocio promoviendo los productos más rentables. Y a la farmacéutica no le interesa investigar ni inviertir en productos, prefieren la maquila o la comercialización”.
Para el holandés Knols, “la forma en que podemos llegar a la eliminación de las enfermedades como la malaria o zika es a través de un enfoque integrado. No es una bala de plata. No hay una sola solución para deshacerse de todos estos problemas causados por los mosquitos. Es una integración muy inteligente de varios enfoques y herramientas de control que debemos mantener unidos para tener el mayor impacto en las poblaciones de mosquitos y, por lo tanto en la transmisión de enfermedades”.
¿Para qué son buenos?
Según Knols, los mosquitos juegan un papel clave en la naturaleza. “Y en ciertos ecosistemas, están jugando un rol importante, no tanto como adultos, pero sí en la etapa en que están en el agua como mosquitos larvales. En este momento de su vida, a menudo sirven como alimento para peces o anfibios u otros organismos acuáticos. En algunos ecosistemas del mundo la biomasa total (cantidad completa de materia viva presente en un ecosistema) de los mosquitos en las etapas larvarias es muy grande, como en los sistemas de pantanos como los Everglades en la Florida. Si allí usted erradica por completo los mosquitos de esas comunidades es muy probable que se impacte el ecosistema. Pero eso depende mucho de dónde se encuentre, y de la biomasa total de los mosquitos”.
Aún los científicos no tienen muy clara su función en la naturaleza, pero sí tienen una certeza: aunque son solo las hembras del 6% de las especies -como el Aedes aegypti y el Aedes albopictus- las que succionan sangre para el desarrollo de sus huevos, son los animales más letales.
Cada año matan con su picadura a cerca de un millón de personas.
El multimillonario y filántropo Bill Gates también tiene claro cuán peligrosos pueden llegar a ser. Asegura que una pandemia mortal transmitida por mosquitos es una mayor amenaza para la humanidad que una guerra mundial .
CONTEXTO DE LA NOTICIA
GLOSARIO
DENGUE
Enfermedad viral, propia de zonas tropicales, transmitida por la picadura de mosquitos infectados del género Aedes, en especial Aedes aegypti.
ZIKA
Virus transmitido por mosquitos, que se identificó en macacos (Uganda en 1947) del género Flavivirus, de la familia Flaviviridae. Se incuba entre 3 y 12 días.
MALARIA
Enfermedad parasitaria producida por el plasmodium. Las cinco especies que infectan humanos están distribuidas en la zona tropical del planeta.
CHIKUNGUYA
Conocida además como artritis epidémica chikunguña o fiebre de chikunguña. Los síntomas de esta enfermedad viral se parecen a los del dengue y del zika.
LEISHMANIASIS
Infección provocada por un parásito diminuto de nombre protozoo leishmania. Los protozoos son organismos compuestos de una sola célula.
CLAVES
9 DATOS SOBRE LOS MOSQUITOS
TABLA
PERSONA EN RIESGO EN LAS AMÉRICAS
 Helena Cortés Gómez
HELENA CORTÉS GÓMEZ Contactar

Periodista, científica frustrada, errante y enamorada de los perros. Eterna aprendiz. Tomado de el colombiano 

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